Según la RAE, personaje cómico encargado de divertir a reyes y cortesanos con chocarrerías y gestos, y también truhán que se ocupa en hacer reír.
El bufón Triboulet trabajó para el rey Francisco I de Francia, quien le hizo rozar la muerte muchas veces. Y es que la costumbre de este monarca renacentista consistía en castigarle con la pena máxima cuando sus bromas, o chistes, habían ido demasiado lejos. Así ocurrió el día en que se atrevió a dar un fuerte cachete en las nalgas de su majestad. Una vez repuesto de su monumental cabreo, el rey ofreció a su bufón perdonarle la vida, a condición de que fuera capaz de causarle una ofensa mayor con su petición de disculpas. Hombre de agudo ingenio y extraordinaria rapidez mental, Triboulet no tardó en contestar: «Perdonadme, mi señor, es que confundí vuestro culo con el de la reina.
Del artículo "la censura a los bufones", por Martín Sacristán.
El bufón, como personaje cómico o tragicómico, está presente en casi todas las dramaturgias, y como el loco, es un ser marginal, cuyo discurso es escuchado y prohibido, deseado y nulo a la vez. El Falstaff shakesperiano, heredado por Verdi y Salieri es "el principio orgíaco de la vitalidad desbordante, la palabra inextinguible, la revancha del cuerpo sobre el espíritu"; para Mauron es "el vértigo de la comicidad absoluta";6 en la Commedia dell'Arte, el Arlequín encarna el triunfo del pequeño frente a los "dueños"; en la cultura popular, el bufón es el héroe de los pícaros, cronista de los acontecimientos como una parodia del coro clásico.
En este juego de antiguas y modernas definiciones del bufón, quizá una de las más acertadas haya sido la del filósofo Theodor Adorno: "En el parecido de los payasos con los animales se ilumina el parecido del hombre con el mono: la constelación animal-loco-payaso es uno de los fundamentos del arte".
(Wikipedia)
Esta es la propuesta de esta semana: escribid sobre un bufón. No es necesario que lo toméis de forma literal; recordad que también es bufón aquel "truhán que se ocupa en hacer reír".
Estamos trabajando la distancia narrativa y los estilos. Es muy posible que vuestro bufón tenga un registro diferente y peculiar; aprovechad para utilizar los distintos estilos.
Imagen: William Merritt Chase: El bufón de la corte (1875). Procedencia: wikipedia