En clase escribimos una frase que se podría usar para comenzar una historia. Lo hicimos sin pensar en cómo continuaría. La oración era un fin en sí mismo.
La propuesta es continuarla hasta crear una historia. Intentad escribir por impulso, sin pensar demasiado en el final.
Si os cuesta mucho continuar la frase inventad otra, pero la premisa del ejercicio que escribamos por impulso.